En su libro más reciente, The Shock Doctrine, Naomi Klein sostiene que la información es la resistencia contra la estrategia de choque, violenta, de la cual echa mano el Capitalismo para imponer las leyes de libre mercado en sociedades supuestamente democráticas; eso explica quizá porqué, si miramos hacia el carácter del quehacer político, el activismo más golpeteado por el régimen gerencial en México es el trabajo con medios alternativos de comunicación, después de la resistencia que significa la lucha por la defensa de la vida y la cultura que han sostenido los pueblos indígenas. Enseguida, por su carácter de abierto enfrentamiento con las llamadas fuerzas del orden, la represión se ha cebado sobre quienes participan de acciones pacíficas de protesta como manifestaciones, bloqueos, plantones informativos o mera repartición y pega de propaganda en las calles. Y, en tercer lugar, aunque ya con cierta distancia (poco menos de la décima parte de las denuncias), se encuentra el activismo que tiene que ver con la documentación, promoción y defensa de derechos humanos fundamentales; aquí tienen cabida la homofobia y la lesbofobia como forma de represión y no sólo de discriminación, manifestándose incluso en agresiones contra trabajadoras y trabajadores sexuales.
Siguiendo la misma tesis de Klein, es interesante observar que precisamente en el manejo de los medios alternativos de comunicación ha radicado buena parte de la fortaleza del movimiento antisistémico del cual se le reconoce al zapatismo como un referente obligado; recordemos que justamente en 1998 la RAND Corporation, por encargo del Pentágono, concluyó que el EZLN había estrenado una nueva forma de lucha: la Netwar Social, algo así como una guerra socio-informática, que consiste en “formar coaliciones transfronterizas fuertemente entrelazadas y coordinadas para hacer una guerra de redes sociales que simultáneamente limitaría al gobierno mexicano y apoyaría la causa zapatista”.
Catorce años después de su presentación en sociedad, las “armas” que otros “ejércitos” transfronterizos empleaban en el narcotráfico y el terrorismo, y que el zapatismo retomó para emplearlas en la lucha social, son usadas ampliamente por personas, grupos, colectivos y organizaciones que desde junio de 2005 a la fecha han suscrito la Sexta Declaración de la Selva Lacandona. Por ejemplo, la página web Piezas del Rompecabezas de la Otra, administrada por la Cooperativa de Producción e Información Anticapitalista, da cuenta de 170 sitios electrónicos en su mayoría de medios alternativos de comunicación como revistas impresas, periódicos digitales, bitácoras en línea, radios independientes y hasta una que otra televisión digital.
Destacan, ya por su extensa cobertura y constancia, ya por su producción y trayectoria, la Red Indymedia, con presencia en más de 40 países de los cinco continentes del planeta, incluyendo por supuesto México, con nodos en Chiapas, Tijuana, Oaxaca, Estado de México y Yucatán; el Centro de Medios Libres y PossibleWorlds, en la Ciudad de México; las agencias APIA Virtual y Ákrata Press; la coordinación de Medios X la Sexta; los periódicos digitales The Narco News Bulletin, La Haine, InSurGente, Rebelión, Kaos en la Red, Nodo50, Prensa de Frente y Znet; sitios como Piezas del Rompecabezas de la Otra, OkupaCheWeb, Cedoz, CAPISE, CIEPAC y Brigada Callejera; radios alternativas como La KeHuelga Radio, Radio Insurgente, Radio Bemba, La Rabiosa Radio, Radio Zapote, Regeneración Radio, La Voladora Radio y Vientos de Abajo; publicaciones como la revista Rebeldía, Malaletra y El Ánima de Sayula; proyectos de televisión digital como Radio y TV Pancha y blogs como Enlace Zapatista (la bitácora en línea de la Comisión Sexta del EZLN), Mujeres Sin Miedo, De Tod@s Para Tod@s, Zapateando, Mujeres y la Sexta, Subversión Sonora, Unión Rebelde Zapatista, La Otra para Niñ@s, Bella-Ciao, Salud y Conciencia, La Otra Chilanga (modestia a parte) y Pescador, un artista plástico chileno que reside en Estados Unidos y que tiene como lema de su blog “El arma es el arte”.
Pero eso no es todo, coordinadoras regionales y estatales, unidades operativas de trabajo y colectivos de adherentes de la Sexta Declaración de la Selva Lacandona que además se asumen como militantes activas y activos de la Otra Campaña y la Zezta Internacional, han abierto blogs en Tijuana, Morelos, Guerrero, Tamaulipas, Campeche, Sonora, Tabasco, Yucatán, Estado de México, San Luis Potosí, La Huasteca, Quintana Roo, Jalisco, Michoacán, Nuevo León, Distrito Federal, Chile, Canadá, Estado español, Italia, Alemania, Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos; conformando una extensa red de nodos virtuales de inform@cción, acción en la información e información en la acción, yendo de la virtualidad a las calles y de regreso, más que de simple información.
Sin embargo, el impacto que estos proyectos tienen es relativamente limitado ante la incidencia que alcanzan sobre todo los mass media, donde los dueños de los principales corporativos de radio y televisión, así como las firmas de medios impresos, no sólo han ido despachando a voces y plumas ya no digamos disidentes, sino independientes (como Carmen Aristegui) o que de pronto ya no les gustaron (como José Gutiérrez Vivó); sino también, y sobre todo, han cerrado la pinza informática entorno al zapatismo y su doble iniciativa política nacional y mundial más reciente.
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