Tras el fraude electoral de 2006 en México, suceso que nuestros improbables lectores de España quizás recuerden porque Rodríguez Zapatero se apuró a felicitar a Felipe Calderón como candidato electo, cuando ni siquiera el IFE ni aún el TEPJF habían declarado tal cosa (el único que lo había hecho fue Mister Bush; pero bueno, de él se puede esperar lo que sea); tras aquello, decíamos, Andrés Manuel López Obrador, el entonces candidato a ser el “candidato perdedor”, convocó a la realización de una su Convención Nacional Democrática en el corazón simbólico de las movilizaciones de las izquierdas mexicanas: el zócalo de
Quienes asistieron a aquella CND se dedicaron a partir de entonces, entre muchas otras cosas, a acusarnos de traidores a quienes caminamos junto con el zapatismo porque no habíamos avalado su campaña electoral (como tampoco la de ningún otro partido político); sólo nos hacía sombra Vicente Fox, rebautizado como “traidor de la democracia”. Junto con el de “traidores”, el sambenito más repetido fue también el de “mentirosos” y, entre nuestras “mentiras”, figuraba una por sobre todas: que las y los convencionistas, por vía de su elección a mano alzada y en mitad de la euforia de la masa, ni cuenta se habían dado que lo que estaban haciendo era plegarse a los deseos e intereses de la clase política que durante años se ha estado enriqueciendo de su acceso al Poder; incluyendo el PRD (el partido de AMLO). “¡Mienten!”, dijeron. “La mayoría de quienes asistimos al zócalo éramos gente sin partido y así seguiremos”. De nuestra parte sólo dijimos: al tiempo.
Hoy, hoy, hoy, como dijera el único lector de José Luis Borges, el plazo se ha cumplido.
La historia, aunque no tan larga en el tiempo, sí tiene demasiados capítulos por contar; así que partamos del momento en que el PRD celebró su X Congreso Nacional Extraordinario. Las expectativas al interior del mismo PRD y de algunos comentólogos en los medios de comunicación, sobre todo impresos, eran que AMLO renunciaría al partido para poder convocar a una fuerza política nueva, sin las incongruencias que caracterizan al actual Partido de
Las apuestas, como todo mundo sabe (por “todo mundo”, léase aquellas y aquellos a quienes el tema les interesa), fueron ganadas por los seguidores de la novela de Robert Louis Stevenson: ''Una vez más –dijo AMLO– nuestros adversarios volverán a fracasar en su cálculo de que el partido saldrá de este congreso dividido y perderá el rumbo que se trazó desde su fundación”. Y agregó: “Se habla mucho de las diferencias en el partido, en buena medida se trata de una nueva embestida en la interminable campaña de odio en contra nuestra […] Tengamos presente que no hay partido democrático en el mundo sin grupos y discrepancias internas; la unanimidad es sólo un sueño del autoritarismo, sin embargo, no podemos dejar que esas diferencias sean las que guíen nuestro comportamiento”.
Siete meses después, aquello de no dejar que las diferencias guiaran su comportamiento se puso a prueba: el PRD tendría la elección interna para renovar su dirigencia. Han pasado casi tres meses más y todavía no terminan por ponerse de acuerdo quien le ganó a quien. Las mismas triquiñuelas del panismo y el priismo siendo Poder fueron repetidas por los mapaches perredistas, inclusive de manera más grave de como lo habían hecho en 1999 cuando resultó presidenta del partido la hoy gobernadora en Zacatecas, Amalia García.
En lo personal no creo que las diferencias al interior del PRD sean más graves que las existentes dentro del PRI o del PAN; de cualquier modo, es a los propios perredistas a quienes debería preocupar y ocupar. Sin embargo, la interminable secuela de crisis del partido más fuerte de la izquierda mexicana, reflejo de la también eterna crisis del sistema de partidos, está arrastrando a quienes nos tacharon de “mentirosos” porque dijimos que eso sería lo que sucedería.
Primero, en un gesto de incongruencia que no terminan de explicar convincentemente, aceptan que la coalición entre el PT, Convergencia y el PRD que candidateó a AMLO para ser presidente, se convirtiera en un Frente Amplio Progresista cuyos líderes “terminaron” dirigiendo a
¿Qué harán ahora los “sin partido”? No preguntamos por el qué dirán porque eso ya lo suponemos: harán toda suerte de malabarismos discursivos para justificar lo injustificable o, aprovechando que la nota no salió en la de ocho en La Jornada guardarán un prudente silencio, como hicieron luego de que el 3 de mayo de 2006 su presidente municipal en Texcoco iniciara la represión que al día siguiente se mudaría a Atenco. Lo curioso es que ahora la que quizás sea una de las peleas más importantes por librar en México, como lo es la defensa del petróleo nacional, estará por obra y gracia del presidente legítimo y sus juegos partidistas en manos de quienes por décadas han saqueado a PEMEX desde el Poder.
Cuando el EZLN adelantó en La (imposible) ¿geometría? del Poder en México que no veía en la candidatura de AMLO, sino la continuación del “liberalismo social” del salinismo, el intento de convertirse en el “paradigma del operador del reordenamiento neoliberal”, desde casi todos los frentes que en la izquierda existen, y que son tantos que parecen infinitos, se atacó al zapatismo representado por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional y al zapatismo que más o menos tibio, más o menos decidido, apostó por marchar a su lado en la construcción de un México y un mundo nuevos y mejores, léase: sin capitalismo.
A lo largo de los últimos tres años,
Hoy, hoy, hoy, el supuestamente más importante proyecto de la izquierda mexicana y sus luchas, llamadas por algunos “movimiento de esto” o “movimiento de aquesto” están en mano de aquellos por quienes esas y esos mismos intelectuales llamaron a votar inclusive a favor del PAN, con tal de que terminaran expulsados de Los Pinos… ¿cómo le llamaban?.. ”voto útil”, creo.
Lo dicho: las ovejas blancas o negroamarellas, es igual, siguen haciendo estatuas de las ovejas negras con pasamontañas que linchan mediática y paramilitarmente; pero cuando despierten se darán cuenta de que el dinosaurio aún sigue allí. ¿Será por eso que la noticia más importante de hoy en el periódico de izquierdas mexicano, después de la del agandalle perredista publicada ayer en un rincón, es que Peñoles ganó el campeonato de futbol?
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Respondanme por favor de ser positiva su respuesta
Victor.
Victor la respuesta es positiva, solo danos un poquito de tiempo.
ResponderEliminarY saludos a nuestro amigo Sebastian.
Saludos de retache... a ambos.
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