25 enero 2008

Del muy otro 2007 al nuevo 2008 [6]

2007 terminó con agresiones orquestadas, una vez más, por autoridades priístas, perredistas y panistas en contra de comunidades indígenas zapatistas de los municipios chiapanecos llamados oficialmente Pantelhó y Chilón, cuyos ayuntamientos estaban encabezados por el perredista Armando Juárez Cruz (quien casi siempre despachó desde San Cristóbal de las Casas y reciéntemente fue retenido por los pobladores que mal gobernó) y el priísta Antonio Moreno López; en contubernio con el gobierno estatal perredista de Juan Sabines Guerrero y el federal panista de quienes pusieron a Felipe Calderón en Palacio Nacional. La denuncia provino de las autoridades de las JBG de Morelia y Oventic en enero de 2008 y a ellas se han sumado en lo que va del año cuatro reportes más que llegaron de Ciudad Juárez, la Huasteca Potosina, Chihuahua y, nuevamente, Oventic.

Se trata de agresiones en contra de los colonos de Granjas Lomas del Poleo, que están resistiendo al embate del proyecto transnacional San Jerónimo-Santa Teresa con capital de Bill Sanders, Ross Perot, Eloy Vallina, Carlos Slim y los hermanos Jorge y Pedro Zaragoza; de compañeros y compañeras indígenas de Rayón, golpeados brutalmente por policías del ayuntamiento priísta potosino de Bruno García Rosas que incluso dejaron en estado de coma a doña Felipa González Ramírez, de 64 años de edad; de las Doñas de la Organización de Madres de los Desaparecidos Políticos de Chihuahua, que notificaron que nuestra compañera Marta De los Ríos Merino fue retenida por alrededor de cinco horas por hombres vestidos de civil con corte de cabello militar, quienes la amenazaron exigiéndole que abandonara la defensa de los colonos de Granjas Lomas del Poleo y que renunciara a ser adherente de la Sexta Declaración de la Selva Lacandona, y de la JBG Corazón Céntrico de los Zapatistas delante del Mundo, que reporta la suspensión del servicio de agua potable a la colonia 5 de Marzo, en San Cristóbal de las Casas, por parte del ayuntamiento.

Si se mira con atención, se puede observar que de tan sólo la sección de denuncias de la bitácora en línea de la Comisión Sexta del EZLN, que reúne 107 reportes de agresiones a lo largo de 2007 enviados por adherentes de la Otra de 22 entidades federativas, tres de éstas se llevan más de la mitad de las denuncias: Chiapas, con 35 (el 32.7 por ciento); el Distrito Federal, con 13 (el 12.1 por ciento), y Oaxaca, con 10 (el 9.3 por ciento). Les siguen muy de cerca Guerrero, con 7 (el 6.5 por ciento) y el Estado de México, con 6 (el 5.6 por ciento); Tabasco, Yucatán y Tamaulipas tienen cada una 4 (el 3.7 por ciento).

Por su filiación política, de los 22 gobiernos que han reprimido a adherentes de la Otra campaña la mitad son priístas, seis son panistas y cinco son frenteamplioprogresistas (cuatro perredistas y uno petista: el ayuntamiento de Apizaco). Sin embargo, si atendemos la procedencia de los diez gobiernos cuyos estados no registraron agresiones y sacamos la cuenta de los porcentajes de cuantos gobiernos estatales de las tres fuerzas políticas en el poder hicieron uso de la represión, nos daremos cuenta que no hay diferencias sustanciales entre unos y otros: las dos terceras partes de los gobiernos priístas, al igual que de los gobiernos panistas y lo mismo que de los gobiernos perredistas reprimieron al zapatismo y la Otra campaña.

Por otra parte, la identidad de los sectores agredidos por la tríada PRI-PAN-PRD no varía mucho de aquellos que recibían “toda la fuerza del Estado” en los sexenios salinista y zedillista, pues el blanco de la contrainsurgencia siguen siendo esencialmente los pueblos indígenas; el segundo grupo social más comprometido con la construcción de ese México y ese mundo que sueña la Sexta Declaración de la Selva Lacandona y, por lo mismo, el segundo más golpeado, son, como venimos asegurando desde hace tiempo a contracorriente de quienes pretenden promover una imagen de indolencia y apatía por parte de su sector, las y los jóvenes o, para chotear el estilito, las jóvenas y los jóvenos. No obstante, si hablamos de perspectiva de género, definitivamente el sector más agredido después de los pueblos indígenas es el de las mujeres.

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